Después de mucho tiempo después de la anterior entrada, me atrevo a venir con la segunda del reto. No es que no quisiera subir entrada, es que no he podido hasta ahora. Al ir a ver animes de 1996 me he encontrado que todos los que me interesaban mínimamente ya me los había visto. Todos menos Hana Yori Dango. El problema es que tiene 50 episodios y se pasa mi límite de 26. Podía haber tomado otra decisión y haberme visto un mecha que no me interesaba, pero ya que estaba, decidí verme este, que le tenía echado el ojo desde hace tiempo y además es todo un clásico del shojo.
Hana Yori Dango tiene adaptaciones en doramas y películas de numerosos países asiáticos, e incluso han hecho también una serie en Estados Unidos. Diría que tiene como 9 adaptaciones, aunque no estoy muy segura y tampoco me voy a poner a contar. El caso es que es como una especie de Los Ricos También Lloran en el continente asiático (también tiene similitudes en cuanto a la trama). Eso sí, una cosa sí que podemos decir: al menos el anime de Hana Yori Dango ha envejecido terriblemente mal. Machismo, clasismo y bullying son solo algunas de las lindezas que te puedes encontrar por aquí y que parecen totalmente normalizadas. Te intentas abstraer de esto, porque sabes que estás viendo un anime de los 90, pero hay veces que te llevas las manos a la cabeza.
Dicho todo esto, voy a hablar de la trama antes de entrar en materia. Makino Tsukushi es una chica pobre que va a un colegio para ricos (a lo Élite) gracias al esfuerzo de sus padres (que no se sabe muy bien de dónde sacan el dinero, la verdad, porque están en muy mala situación económica y aun así le consiguen pagar el colegio privado super caro a la hija). En el colegio hay cuatro chicos ricos que son aún más ricos que los demas: el F4. En el caso de que uno de estos chicos del F4 la tome contigo y te ponga una tarjeta roja en la taquilla, el resto del colegio tiene licencia para hacerte chuling hasta la saciedad. Y, como no podía ser de otra forma, Tsukasa Domjouji le pone una tarjeta roja a Makino, así que el chuling está servido. Y, por otro lado, otro de los miembros del F4, Rui Hanazawa, es el crush de Makino. Así que tenemos triángulo amoroso como los que ya no se ven en el mundo del shojo.
Para empezar tengo que hablar de una cosa que me ha gustado de este anime. El hecho de que haya un triángulo amoroso, quieras que no, hace que al menos se mantenga la chispa del misterio sobre este anime. No sé, a mí me gusta eso de no saber desde un principio con quién va a acabar la protagonista. Eso se pierde un poco a mitad de anime o incluso antes, cuando ya empieza a hacerse previsible y sabes con quién va a acabar. En mi opinión, a partir de este momento es cuando Hana Yori Dango empieza a perder interés a pasos agigantados.
Por otro lado, ya he dicho que es un anime muy anticuado. Se ha quedado más antiguo de lo que se han quedado otros animes de su época, sin dejar de contemplar aquellos que se han quedado igual de antiguos que este (no más, porque dudo que haya otro anime que haya envejecido peor que este). Las relaciones son tóxicas no, lo siguiente. Es cierto que hay animes actuales que son igual de tóxicos o peores, y que el interés amoroso es igual de indeseable que este o peor (véase el anime Koi to Yobu bla bla bla). En este caso te es también muy difícil abstraerte porque hay momentos en los que uno de los intereses amorosos literalmente ABOFETEA a la protagonista. ¿Esto nos tiene que parecer romántico o justificable? Luego intentas abstraerte para poder seguir con la historia, pero es que vuelve a abofetearla, o te salen recuerdos de cuando la forzó a besarle (a la fuerza pero muy a la fuerza, y te lo ponen como algo bonito). En estos aspectos es muy terrible.
Los únicos tíos que no son red flag son los que no son interés amoroso. También tengo que decir que dentro de los dos que son interés amoroso hay uno que es más red flag que el otro (el de las bofetadas). El que no es el de las bofetadas es simplemente un soso que durante el tiempo que sale con la chavala no se preocupa mucho por ella, pero no es comparable a lo del otro. No voy a decir con quién acaba la protagonista, aunque a mitad del anime se ve claramente. Lo que sí diré es que en los comentarios de animeflv la gente criticaba mucho a la protagonista por "no decidirse" por el bofetadas, cuando parece que no tienen en cuenta el hecho de las BOFETADAS. En fin, todo terrible. Hay que verlo para creerlo.
Luego otra cosa que tiene este anime que, a mi juicio, es positiva es el DRAMATISMO. Algo tienen los animes de los 90 que cuando se quieren poner dramáticos se ponen de verdad. Aquí la música es una especie de mezcla entre suspense, cuento de hadas y culebrón de la Nova. La música me parece un acierto total porque no es la típica que vas a encontrar en un shojo, ni siquiera en un shojo de los del tipo dramático. Y junto al dramatismo está el SURREALISMO, porque sí, hay muchas situaciones que no se pueden definir con otra palabra que no sea "surrealista".
Las situaciones surrealistas son tremendas. Es de este surrealismo que podemos ver perfectamente en escenas de míticas telenovelas como Cuidado con el Ángel o Pasión de Gavilanes. Me da vibes de la escena en la que Marychuy se choca con un coche de manera dramática y pierde la visión. O la escena en la que hay un forcejeo entre Norma y Fernandito Escandón en un balcón y este último cae dando vueltas. En este caso no pasan cosas tan "experiencia cercana a la muerte", pero casi. Hay un momento en el que llevan a la protagonista arrastrándose atada de un coche, porque cuando se ponen a hacer chuling se lo toman en serio. Otro momento el Domjouji cuelga literalmente boca abajo de la azotea del instituto a unos que le hacen bullying a la protagonista. Por no hablar del capítulo final.
El capítulo final es para echarle de comer aparte, pero no puedo entrar en spoilers. Simplemente diré que hay barcos, cuerdas y saltos y que hay que verlo para creerlo. Otra cosa surrealista del final es que no tiene ni pies ni cabeza, pero bueno, tampoco nos podíamos esperar mucha coherencia cuando en la última parte del anime todo iba encaminado a que no la hubiera.
Me ha gustado el dibujo, tiene un toque especial y se aleja algo de lo que es el dibujo clásico de su época, sin perder la esencia noventera y, concretamente, la esencia shojo. Aunque hacia el final varía un poco el estilo de dibujo y me gusta menos, pero bueno.
Una cosa que no me ha gustado es lo laaargo que es este anime. Sí, vale, no es Naruto, pero son 50 episodios que se acaban haciendo eternos porque podríamos obviar la mitad sin que pasara mucho, Llega cierto momento en que la trama solamente es alargar el chicle. En mi opinión todo podía haber acabado en la trama de Canadá y nos habríamos ahorrado tiempo y disgustos, pero no pudo ser. ¿Qué sentido tiene alargar todo exageradamente? Desde el momento en el que la cosa se decanta por uno de los dos tíos, el anime pierde su interés y lo que queda es monótono y repetitivo. Ahora te quiero, ahora no, ahora tengo dudas, ahora te quiero, ahora no... Y así eternamente, nos podíamos haber ahorrado episodios. Mucho texto. Y eso que yo no soy una experta en resumir, pero un poquito de por favor, que tenemos cosas que hacer.
No sé si tengo algo más que decir, aparte de que he husbandeado a los dos del F4 que no son interés amoroso. Y también que shippo a la protagonista con la prometida del Domjouji. Ah, también hay ciertos cabos que quedan abiertos. Uno es el hecho de que la familia no tenga ingresos y aun así mande a la chavala al colegio de ricos, se supone que para que se líe con un rico y se case, pero ¿de dónde sacan el dinero? Es algo digno de estudiar. Otro cabo sin atar es todo el misterio alrededor de la hermana de Domjouji. Dicen que la madre no le dejó ser feliz, dejando a entender que la obligó a casarse con alguien que ella no quería. También nos dan a entender que le gustaba la enfermera, pero al final no aclaran nada. QUEREMOS CONFIRMACIÓN, COBARDES. Aunque en mi mente a la hermana de Domjouji le gusta la enfermera y para mí es canon.
Y ya sí que sí, acabo la entrada y doy por finiquitado el año 1996. El siguiente, el 1997, ¿qué nos deparará?