Hoy vamos a hablar de uno de esos animes de este año que se encuentran dentro de lo que podemos llamar el nuevo boom del shojosei. Como dije anteriormente en otra entrada (la de Ooku, creo), este año los fans del shojo y el josei estamos de enhorabuena porque se están adaptando más mangas de estas demografías que de costumbre. Vamos, que se han adaptado ya o se van a adaptar más de dos mangas shojosei al anime en un período de menos de un año. Y Netflix está tomando un papel bastante importante en el asunto, porque varios de estos shojoseis van a cargo de esta plataforma. Hablo de Ooku, la nueva temporada de Kimi ni Todoke que va a salir... O Mi Feliz Matrimonio, que es el anime shojo del que toca hablar hoy.
Mi Feliz Matrimonio, más conocido por el mundo mundial como My Happy Marriage (lo mismo pero en inglés, idiomas, querida), salió en la plataforma Netflix hace unos pocos meses, casi al mismo tiempo que Ooku, al que ya dediqué una entrada en su momento. La diferencia aquí con muchos animes de Netflix, incluido Ooku, es que aquí los capítulos iban saliendo semana a semana, según se iba emitiendo en Japón. Esto se agradece bastante porque el ritmo al que nos tiene acostumbrados Netflix es un sinvivir, te sacan todos los capítulos de golpe y a la semana todo el hype y el interés que había por la serie ha volado en un abrir y cerrar de ojos. Aquí al menos ha dado tiempo para cocerse el interés entre el mundo otaku shojosei y que el anime pueda tener un fandom no efímero.
En fin, tercer párrafo de la entrada y aún no he dado una opinión general sobre el anime. Bueno, pues la visión general es que me ha gustado. Sí, es cierto que es un poco lento, que muchas veces se me hacía un poco pesadillo y que tampoco es que acabara cada episodio con ganas de ver el siguiente (pero esto es casi una ventaja, porque lo llevaba al día y tenía que esperarme una semana, así que), pero no se puede negar que es un anime de buena calidad. Más sabiendo a lo que estamos acostumbrados por parte de Netflix. Aunque, bueno, se puede decir que con Ookku y Mi Feliz Matrimonio han puesto toda la carne en el asador y nos han dado calidad, así que estoy gratamente sorprendida.
La historia es muy historia básica shojo en la que una protagonista desdichada que, por razones de la vida que básicamente son sufrimientos y penurias durante años, tiene una personalidad tímida y no sabe muy bien desenvolverse en temas sociales... y encuentra el amor verdadero en un hombre que la trata como se merece, después de años y años en los que nadie la ha tratado como un ser humano. Es un tropo muy común, diréis, pensaréis que no tiene nada de especial, pero la verdad es que aquí le dan salsa al asunto metiéndole un elemento especial para mantener el interés, que son las movidas paranormales. Porque si no sería demasiado básico y demasiado cliché.
La trama es básicamente lo que he dicho en el anteriormente. La protagonista vive en una familia en la que se la maltrata y agrede continuamente. Ni su padre, ni su hermana, ni su madrastra la tratan como un ser humano. Desde la muerte de su madre, su vida es un infierno. Y todo apunta a que es porque, en un mundo en el que los miembros de la familias nobles tienen poderes paranormales (don espiritual), ella no los tiene, así que no les sirve para nada. Como estamos en una época pasada, los matrimonios concertados son la norma general, así que, cuando llega el momento de casar a las hermanas las reparten así: la hermana de la protagonista se casará con el amigo de la infancia de la protagonista (que está enamorado de ella y es de las pocas personas que la han tratado bien) y la protagonista se casará con un señor que tiene fama de ser muy malo, muy borde y de romper el compromiso con todas sus prometidas. La sorpresa es que cuando lo conoce es un amor y se sentirá querida por primera vez.
Sí, parece todo muy cliché, pero algo tienen los shojos que por muy clichés que sean nos acaban enganchando igual (hasta un punto). Puede parecer que la protagonista es algo sosa, etc etc como muchas otras protas de shojo. En este caso es muy justificable y no es como en otros casos en los que simplemente es así porque no han sabido construirle una personalidad: aquí es así porque la muchacha está traumatizada, tiene un pasado muy trágico y viene de una situación basada en constantes maltratos por parte de su familia. La protagonista de este anime es un personaje BIEN CONSTRUÍDO y eso es algo que se agradece mucho al ver un anime.
Y sí que la historia puede parecer lenta en algunos momentos, hay episodios en los que pierde mucho ritmo, pero es que es un anime como muy de chill, tampoco es de los animes a los que les pedirías que estén pasando cosas, drama y salseo durante todo el tiempo. Y aun así pasan cosas.
El dibujo y la animación son muy superiores a lo que Netflix nos tiene acostumbrados, la verdad. El dibujo difiere del dibujo tipo de anime de Netflix, es como mucho más detallista y con ciertas particularidades. La animación es buena, no es solo que sea buena para ser un anime de Netflix, es que también es mejor que la media de la animación de los animes shojo, que ya sabemos que no se suele poner toda la carne en el asador con los animes shojosei, la verdad, que parece que una animación buena solo la pueden tener los shonen y Violet Evergarden (otro anime de Netflix con animación superior a la media). No es que la animación sea tan buena como la de este último anime que he mencionado, pero es bastante superior a la media, lo cual no es cosa menor, sino que es cosa mayor.
No creo que tenga mucho más que decir, aparte de que es un anime cortito de 12 episodios que ahora está completo y que os podéis ver en un santiamén, así que no sé a qué esperáis. Nos vemos en la próxima entrada.
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